Homilías de Dom Armand Veilleux en español.

24 de abril de 2024, miércoles de la 4ª semana de Pascua

Hechos 12:24-13:5; Juan 12:44-50

Homilía

Los textos de la misa de hoy tratan esencialmente de la Palabra. En primer lugar, en el Evangelio, Jesús dice que ha sido enviado por su Padre para transmitir una Palabra a la humanidad. Él mismo es esta Palabra que el Padre nos dirige, y en esta única Palabra, el Padre habla en plenitud, de modo que quien le recibe recibe al Padre, y quien le ve, ve también al Padre. Él ha venido a traer la luz al mundo. Y Jesús explica en qué consistirá el Juicio Final. No será un juicio desde fuera, hecho caer por Dios sobre cada persona. No, será simplemente una confirmación del estado al que ha llegado cada persona al aceptar o rechazar la Palabra. Nos situamos en la línea de la Vida o de la Muerte, de la Luz o de las Tinieblas, al aceptar o no la Palabra de Dios y al dejar que transforme o no nuestras vidas.

23 de abril de 2024 - Martes de la 4ª semana de Pascua "A"

Hechos 11, 19-26; Juan 10, 22-30

Homilía

          El Evangelio de hoy, como el de ayer y el del domingo, habla siempre del Buen Pastor. Evidentemente, esta imagen decía mucho a la gente de Galilea y Judea a la que Jesús se dirigía.    

18 de abril de 2024 -- Jueves de la 3ª semana de Pascua

Hch 8,25-40; Jn 6,44-51

Homilía

          Continuamos nuestra lectura del capítulo 6 de San Juan. En las secciones que hemos leído en los últimos días, Jesús nos ha vuelto a decir que Él es el Pan de Vida, y que todo el que acuda a Él con fe tendrá la vida eterna. Hoy establece el vínculo entre la fe y el sacramento de la Eucaristía. El pan que dará a los que acudan a Él es su carne, ya entregada para la vida del mundo. En estas pocas palabras se establece el vínculo no sólo entre la fe y el gesto sacramental, sino también entre la fe, el sacramento y el acontecimiento de la Cruz.

21 de abril de 2024 -- 4º domingo de Pascua "B

Hechos 4:8-12; 1 Juan 3:1-2; Juan 10:11-18

Homilía

          Este evangelio nos habla del Buen Pastor. "Buen pastor" es la traducción habitual. Y, sin embargo, el texto griego original debería traducirse, literalmente, como: "Yo soy el hermoso pastor" ('o poimèn 'o kalós), como nos recordaba hace unos veinte años el cardenal Martini de Milán en una admirable carta pastoral sobre la belleza que salvará al mundo. En realidad no hay mucha diferencia entre las dos traducciones, porque lo verdaderamente bello es lo bueno y lo verdadero. Esta es la diferencia entre una rosa real y una flor de plástico, entre una persona genuina y alguien que intenta engañar interpretando un papel. Cuando conocemos a una persona admirable por su generosidad, su amor, su fidelidad, ¿no decimos: "¡Qué bella persona!"?, y cuando alguien nos cuenta una historia especialmente conmovedora, ¿no decimos: "¡Qué bella historia!? Pues bien, es en este sentido que Jesús es un "hermoso pastor". Jesús utiliza esta imagen para describir la naturaleza de su relación con nosotros.

19 de abril de 2024 -- Viernes de la 3ª semana de Pascua

Hch 9,1-20; Jn 6,52-59

Homilía

          Cuando hablamos de conversión, pensamos espontáneamente en el paso de una vida de pecado a una vida de virtud. Sin embargo, no siempre es así. La conversión es algo más profundo. Todo proceso de crecimiento implica una conversión. En el caso de Pablo, la conversión fue una reorientación de su energía.

20 de abril de 2024 - Sábado de la 3ª semana de Pascua

Hechos, 9:31-42; Juan, 6:60-69

Homilía

          En este tiempo de Pascua, las lecturas de la Misa son muy ricas. Durante las dos primeras semanas, nos han presentado sobre todo las apariciones de Jesús, y ayer tuvimos, en cierto modo, la última de estas apariciones, la de Pablo.

17 de abril de 2024 -- miércoles de la 3ª semana de Pascua

Hechos 8:1-8; Juan 6:35-40

Homilía

          En esta breve sección del gran discurso sobre el Pan de Vida, Jesús afirma dos cosas: La primera es que él mismo es el pan de vida, y que quien acuda a él por la fe -quien crea en él- ya no tendrá hambre ni sed. Jesús sacia todas nuestras hambres y sed, tanto espirituales como físicas.